1.1 Colico del lactante
Comúnmente se define como un llanto incontrolable más frecuente a últimas horas de la tarde, en un lactante sano entre las dos semanas y los cuatro meses de edad. Suele acompañarse de rigidez, flexión de miembros inferiores sobre el abdomen y muchos gases. Se considera que un lactante está afecto de cólico cuando presenta: 3 horas de llanto al día durante, al menos 3 días a la semana, durante 3 semanas.
¿Qué causa los cólicos del lactante?
Las teorías sobre las posibles causas de los cólicos incluyen:
- Gases. Muchos bebés con cólicos tienen gases, aunque estos pueden deberse al propio llanto. Los niños tragan aire cuando lloran o comen, y todo ese aire atrapado puede hacer que se sientan incómodos.
- Problemas digestivos. Esto puede incluir el subdesarrollo del sistema digestivo y el desequilibrio de bacterias saludables en el sistema digestivo.
- Temperamento. Los bebés nacen con ciertos rasgos de personalidad, y algunos son más sensibles o se irritan fácilmente que otros.
- Sensibilidad a la estimulación. Si el sistema nervioso de tu pequeño es inmaduro, será más sensible a la estimulación. Por ejemplo, los signos y sonidos nuevos a los que se vea expuesto pueden ser abrumadores, y como aún no puede calmarse solo, comenzará a llorar.
- Reflujo ácido o enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Dado que el esfínter del bebé (es decir, el músculo que bloquea el estómago desde el esófago) aún está madurando, el líquido puede volver a subir hacia la garganta. La incomodidad provoca llanto. Aunque casi todos los bebés tienen reflujo de vez en cuando, si la afección se vuelve crónica, se denomina ERGE. Los síntomas del reflujo ácido o ERGE pueden incluir arqueamiento de la espalda, eructos húmedos, irritabilidad, negarse a comer o comer muy poco.
- Falta o exceso de comida. Tener hambre o sentirse demasiado lleno puede hacer que tu bebé se sienta incómodo. Lo más normal es que exprese esta incomodidad llorando.
- No eructar lo suficiente. Hacer eructar a tu hijo ayuda a eliminar parte del aire que traga durante las tomas o mientras llora. Si no eructa con suficiente frecuencia al comer, el aire puede hacer que tu bebé tenga gases y llore.
- Alergias alimentarias o intolerancias a la leche. Si das el pecho, tu bebé puede ser sensible a algo en tu dieta. Si toma leche de fórmula, es posible que no digiera alguno de los ingredientes.
- Exposición al humo del tabaco. Fumar durante el embarazo o exponer a tu pequeño al humo en casa puede afectar a la actividad y el funcionamiento de su tracto gastrointestinal. Esto, a su vez, aumenta el riesgo de cólicos. Mantener la casa y el entorno libres de humo también es crucial para proteger a tu bebe de posibles infecciones respiratorias
- Estrés o tensión familiar.
- Problemas de salud subyacentes. En algunos casos, tu bebé podría tener cólicos debido a un problema médico, como una hernia o una infección.
Si a tu bebé le han diagnosticado cólicos, aquí tienes algunos trucos:
- No le des demasiada comida.
- Hazle eructar con más frecuencia.
- Si das el pecho, elimina la cafeína, la cebolla y el repollo de tu dieta.
- Si das leche de fórmula, pregunta al profesional sanitario si puedes cambiar a una fórmula hipoalergénica.
- Mece a tu peque en los brazos o en una mecedora.
- Dale un chupete para calmarlo.
- Colócale en un balancín para consolarlo.
- Pasead con un cochecito o portabebés; sujétalo contra tu pecho.
- Coloca a tu bebé bocabajo sobre el regazo y frótale la espalda.
- Enciende un ventilador, la secadora, la aspiradora o una máquina de ruido blanco para calmarlo.
- Llévale a dar un paseo en coche. El movimiento y el ruido pueden tener un efecto calmante.
- Dale un baño tibio.
- Pon música suave, cántale o háblale.
- Envuélvelo en una manta fina.
- El uso de complementos alimenticios que ayudan en la madurez del sistema digestivo del bebe puede ser de gran ayuda.
CONTIENE:
BIFIDOBACTERIUM LACTIS HOWARU® HN019™
Las bifidobacterias son fermentos lácteos que en un primer momento (1899) se detectaron en las heces de los niños alimentados con leche materna y se consideran muy valiosos para su bienestar general. La importancia de las bifidobacterias, constatada por el hecho de que en estados disfuncionales el nivel de bifidobacterias es inferior (en comparación con el de niños sanos), se prolonga también durante la edad adulta.
LACTOBACILLUS RHAMNOSUS HOWARU® HN001™
La Lactobacillus rhamnosus es una bacteria que existe naturalmente en el cuerpo, sobre todo en el intestino delgado, donde impide el crecimiento de organismos potencialmente dañinos. Ha sido objeto de muchos estudios científicos, también en pediatría.
TRIGLICÉRIDOS DE CADENA MEDIA (MCT)
Son ésteres de los ácidos grasos del glicerol de cadena media que derivan de los aceites vegetales (coco y palma). A diferencia de la mayor parte de los aceites de origen vegetal y animal, los MCT son estables y resistentes a la oxidación y, por tanto, no presentan problemas de rancidez. Los MCT son interesantes desde el punto de vista nutricional porque son absorbidos rápidamente en el intestino y se metabolizan con más facilidad que los ácidos grasos de cadena larga.
El recién nacido posee un sistema inmunitario todavía inmaduro. Reforzar el sistema inmunitario en las primeras fases de vida es importante para reducir al mínimo los desórdenes intestinales y los posibles episodios de malestar. Resulta evidente hasta qué punto es importante apoyar y condicionar un desarrollo adecuado de la flora intestinal de los recién nacidos con un correcto equilibrio entre las diferentes especies, fomentando la lactancia materna siempre que sea posible. La fórmula está concebida con las especificaciones de la comida para bebés.
1.2 Diarrea
Cuando los niños tienen deposiciones sueltas, líquidas y más frecuentes, tienen diarrea. La diarrea es un síntoma común de enfermedad en los niños pequeños.
¿Cuál es la mejor forma de tratar o controlar la diarrea?
- Diarrea leve sin vómitos. La diarrea a menudo desaparece por sí sola en un par de días. La mayoría de los niños con diarrea leve no necesitan cambiar su dieta y, por lo general, no se necesitan soluciones de electrolitos. Puede seguir dando leche materna, fórmula o leche de vaca.
- Diarrea leve con vómitos. Los niños que tienen diarrea y están vomitando deberán interrumpir sus dietas habituales. Las soluciones de electrolitos deben administrarse en pequeñas cantidades, a menudo hasta que cesen los vómitos. En la mayoría de los casos, se necesitan solo durante 1 o 2 días. Una vez que los vómitos hayan disminuido, regrese lentamente a la dieta habitual de su hijo. Algunos niños no pueden tolerar la leche de vaca cuando tienen diarrea y es posible que el médico de su hijo la elimine brevemente de la dieta. La lactancia debe continuar.
- Diarrea grave. Los niños que tienen una evacuación intestinal líquida cada 1 o 2 horas, o más seguido, y presentan signos de deshidratación, pueden necesitar dejar de comer por un período corto (como 1 día o menos) para concentrarse en beber y reponer el líquido perdido en esas heces. Deben evitar los líquidos con alto contenido de azúcar, alto contenido de sal o muy bajo contenido de sal (es decir, agua y té). En caso de deshidratación grave, es posible que los niños deban recibir líquidos por vía intravenosa (IV) en el hospital.
Diarrea y deshidratación
Los niños con diarrea viral tienen fiebre y pueden vomitar. Poco después de que aparezcan estos síntomas, los niños tienen diarrea. La parte más importante del tratamiento de la diarrea es evitar que su hijo se deshidrate.
Además, llame a su pediatra si su hijo tiene diarrea y:
- Fiebre que dura más de 24 a 48 horas.
- Heces con sangre.
- Vómitos que duran más de 12 a 24 horas.
- Vómito que parece verde, teñido de sangre o como café molido.
- Abdomen (estómago, barriga) que parece hinchado.
- No come ni bebe.
- Sufre dolor abdominal severo (estómago, vientre).
- Erupción o ictericia (color amarillo de piel y ojos).
¿Mi hijo necesita soluciones de electrolitos?
Las soluciones de electrolitos son fluidos especiales que han sido diseñados para reemplazar el agua y las sales que se pierden durante la diarrea. Las bebidas sin alcohol (gaseosas, refrescos), las sopas, los zumos, las bebidas deportivas y la leche hervida tienen cantidades incorrectas de azúcar y sal y pueden enfermar más a su hijo.
No intente preparar sus propias soluciones de electrolitos en casa. Utilice únicamente líquidos disponibles comercialmente; la marca de la tienda y la marca de fábrica actúan de la misma manera. El médico o farmacéutico de su hijo puede decirle qué productos están disponibles.
¿Los probióticos ayudan a la diarrea?
Los probióticos son tipos de bacterias «buenas» que viven en los intestinos. Pueden tener efectos beneficiosos para la salud con respecto a la diarrea, ya que ayudan a restaurar la flora bacteriana alterada.
FLORAFLUID JUNIOR
Complemento alimenticio a base de fermentos lácticos vivos (Lactobacillus rhamnosus, B. lactis y Lactobacillus plantarum), zumo concentrado de saúco, vitamina B6, vitamina B12 y zinc.
Restablece el bienestar intestinal, estimula y ayuda al sistema inmunitario. Ideal para niños y jóvenes.
10 Frascos de 7ml.
1.3 Estreñimiento
El estreñimiento en los niños es un problema común. Un niño estreñido tiene deposiciones poco frecuentes o heces duras y secas.
Las causas comunes incluyen la educación temprana de los esfínteres y los cambios en la alimentación. Afortunadamente, la mayoría de los casos de estreñimiento en los niños son temporales.
Animar a tu hijo a hacer cambios sencillos en la alimentación, como comer más frutas y verduras ricas en fibra y beber más agua, puede contribuir en gran medida a aliviar el estreñimiento. Si el médico de tu hijo lo aprueba, se podría tratar el estreñimiento de un niño con laxantes.
Síntomas
Los signos y síntomas de estreñimiento en los niños pueden incluir lo siguiente:
- Menos de tres deposiciones a la semana.
- Deposiciones duras, secas y difíciles de evacuar.
- Dolor al evacuar los intestinos.
- Dolor estomacal.
- Rastros de heces líquidas o pastosas en la ropa interior de tu hijo, una señal de que las heces están atascadas en el recto.
- Sangre en la superficie de las heces duras.
Causas
La constipación ocurre muchas veces cuando los desechos o las heces se mueven muy lentamente a través del tubo digestivo, y de esta forma se endurecen y se secan.
Entre los factores que pueden contribuir a la constipación se incluyen los siguientes:
- Retención. Tu hijo puede ignorar la necesidad de ir al baño a defecar porque tiene miedo o porque no quiere interrumpir algún juego. Algunos niños retienen cuando están lejos de su casa porque se sienten incómodos al usar baños públicos.
- Problemas para aprender a ir al baño. Si empiezas a enseñarle a tu hijo a ir al baño muy tempranamente, puede no querer hacerlo y contener las heces. Si este proceso de enseñanza se transforma en una guerra, la decisión voluntaria de ignorar las ganas de defecar puede convertirse rápidamente en un hábito involuntario difícil de cambiar.
- Cambios en la alimentación. Una alimentación con poca cantidad de vegetales y frutas ricos en fibra o agua puede causar constipación. Uno de los momentos más habituales en el que los niños se constipan es cuando cambian de una alimentación con líquidos a una que incluya sólidos.
- Cambios en la rutina. Cualquier cambio en la rutina de tu hijo —como un viaje, el clima caluroso o el estrés— puede afectar la función intestinal. Los niños también son más propensos a sufrir constipación cuando empiezan a ir a la escuela fuera de casa.
- Medicamentos. Algunos antidepresivos y otros medicamentos pueden contribuir a la constipación.
- Alergia a la leche de vaca. La alergia a la leche de vaca o el consumo excesivo de lácteos (queso y leche de vaca) a veces causan constipación.
- Antecedentes familiares. Los chicos que tienen familiares que han sufrido constipación son más propensos a tenerla. Esto puede darse por compartir factores genéticos o ambientales.
- Enfermedades. No es frecuente que la constipación en niños indique una malformación anatómica, un problema en el sistema metabólico o digestivo, u otra enfermedad no diagnosticada.
Prevención
Para ayudar a prevenir el estreñimiento en los niños, implementa lo siguiente:
- Ofrécele a tu hijo alimentos ricos en fibra. Una dieta rica en fibra puede ayudar al cuerpo de tu hijo a formar heces blandas y voluminosas. Sirve a tu hijo más alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras , cereales y panes integrales.
- Anima a tu hijo a beber mucho líquido. El agua es a menudo lo mejor.
- Fomenta la actividad física. La actividad física regular ayuda a estimular la función intestinal normal.
- Crea una rutina para el baño. Dedica regularmente tiempo después de las comidas para que tu hijo pueda ir al baño. Si es necesario, proporciona un taburete para que tu hijo esté cómodo sentado en el inodoro y tenga suficiente fuerza para ir de cuerpo.
- Recuérdale a tu hijo que preste atención a la llamada de la naturaleza. Algunos niños se ven tan envueltos en el juego que ignoran la necesidad de evacuar los intestinos. Si tales retrasos ocurren con frecuencia, pueden contribuir al estreñimiento.
- Sé comprensivo. Recompensa los esfuerzos de tu hijo, no los resultados. Da a los niños pequeñas recompensas por tratar de evacuar los intestinos. Las posibles recompensas incluyen calcomanías o un libro o juego especial que solo está disponible después (o posiblemente durante) la hora de ir al baño. Y no castigues a un niño que haya ensuciado su ropa interior.
- Revisa los medicamentos. Si tu hijo está tomando un medicamento que cause estreñimiento, pregúntale al profesional sanitario por las posibles alternativas.
- El uso de probióticos.